Salve, Pastora querida
cuya caridad te mueve
dejando noventa y nueve
buscar la oveja perdida.
Salve, fuente de la Vida
Salve, bellísima aurora
porque en la última hora
de su vida, el Sumo Rey
de toda la humana grey
te constituyó Pastora.
Fray Isidoro de Sevilla, Padre de esta Bendita Advocación
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