Como en todas las Iglesias en Navidad la imagen del niño Jesús preside todas las Eucaristías y al final de las mismas el Sacerdote lo da a besar al pueblo. En la Iglesia de los Padres Capuchinos de Sevilla ocurría lo mismo hasta que un venerable Capuchinos, pensó y pregunto a la Comunidad ¿Porque el día de la Epifania o manifestación del Gran Poder de Jesús, en vez de ofrecer el Sacerdote el Niño al Pueblo ,lo hace la Divina Pastora ?.
Por aquellos tiempos frecuentaba el Convento por ser gran devota y Hermana del Redil, Doña María Luisa Fernanda de Borbón, Duquesa de Montpensier, la cual quedo impresionada con tan bellísima visión de la Imagen de la Madre del Buen Pastor ataviada de aquella regia manera. Pronto reparó en que la Virgen estaba sentada en aquella humilde silla del Convento a lo cual exclamó “como la Madre de Dios puede estar sentada en una humilde silla y yo estar disfrutando de los mejores sillones de Palacio”. De momento indico al servicio que la acompañaba que fuesen al Palacio de San Telmo y trajeran el mejor sillón que hubiera en el. Así lo hicieron y cuanto estuvo el allí en el Convento mando cambiar la Divina Pastora a su nuevo Trono. De la misma manera mandó llevarse la silla que había utilizado la Virgen para su uso propio y el sillón fue regalado a la Divina Pastora para su tradicional y anual besamanos en el cual la seguimos viendo cada 6 de Enero.
En la parte trasera del sillón, existe una placa grabada con el siguiente texto:
Sillón de la Srnma. Infanta de Castilla
Doña María Luisa Fernanda de Borbón,
Duquesa de Montpensier
DONADO
A la Soberana Reina de los Cielos y la tierra
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